Thursday 4 December 2008

Editorial: Diez años creyendo

Hace diez años la música se abrió de piernas ante mi con las mismas ganas con las que un adolescente se enfrenta a las primeras piernas abiertas, las suyas o las del otro. Hasta entonces ninguna otra melodía, ninguna otra base ni ninguna otra letra me había hipnotizado con tanto ahínco como lo hizo aquella canción. Quizá fue porque me encontraba sólo en el instituto desde que mi mejor amigo se marchase a un colegio del Opus, o quizá porque era mi primer otoño como huérfano de padre que la intensidad con la que me agarró hizo que todo cambiase en poco tiempo.

Cuando conseguí el disco que contenía aquel tema se revelaron ante mi diez nuevos mandamientos, una decena de salmos que me introdujeron con suavidad en ese exquisito vertedero de música pop, comercial, dance, electrónica, rock, sin necesidad de abrir el lubrifist. Esta vez la culpa no fue del cha-cha-chá, sino de Believe, el disco que colocó a Cher de nuevo o por primera vez, en el mapa para mucha gente, entre ellos yo y contribuyó a que el vocoder se asentase en el pop llegando a los excesos de Kanye West o Janet Jackson. Aquel álbum no sólo contenía nueve canciones inéditas y una revisión de su clásico We all sleep alone, también incluía mi pasaporte a una obsesión.

Como no podía ser de otra manera en aquella época, las canciones, verdaderos himnos dance, fueron producidos por Todd Terry y Brian Rawling de la factoría Metrophonic excepto The Power a cargo de Junior Vasquez (If Madonna calls, ¡I'm not here). En una primera escucha los singles saltan al oído, Belive, Strong Enough, All or Nothing... sin embargo cada canción evoca distintas sensaciones. Dance melancólico o reflexivo... compuesto cuando Cher sólo tenía dos años más de los que Madonna carga actualmente.

Love is the groove ya por aquel entonces provocaba vergüenza ajena, sin embargo aquel encanto decadente, casi cursi, hoy resulta camp... Love is the groove in wich we move.

In the East and in the West
Every bird will seek its nest
Everyone will seek his home
Home is where the heart goes...

Pura "poesía" a cargo de la genial Betsy Cook(que la compuso en 1991) y Bruce Woolley. Runaway era uno de los temas más oscuros, una tormenta sentimental, al igual que Taxi Taxi, con la que irremediablemente imaginaba a una Cher empapada esperando en una oscura calle de Manhattan "Sing to me like Pavarotti, sing to me of Spain..." Pero sin duda alguna, además de Belive el tema estrella sólo podía ser Strong Enough (esos violines!), todo un himno a la supervivencia sentimental con una producción setentera propia del Saturday Night Fever. Lástima que Diane Warren, letrista de toda diva que se precie sólo colaborase en Takin' Back My Heart, el más discretito del disco.
Menos mal que el hijo del matrimonio Estefan recuperó Dov'e L'amore un año después para darle "marcha" y menos mal que reservó para el final la remezcla de We All Sleep Alone, balada de 1987 compuesta por Bon Jovi que aquí se convierte en una fiesta con Big Band incluida pero en versión eléctrica, una delicia para el amante del género y el que esté dispuesto a crear las mejores coreografías en su habitación.


Han pasado diez años pero sigue sonándome como antes.


Runaway



Love is the Groove



Taxi, Taxi



We All Sleep Alone 1998

2 comments:

Anonymous said...

Pues Cher ya tenía cosa chulas antes. Yo soy superfans de Strong Enough, que siempre me pone como una moto bailonga!

Y como actriz no sé qué le ha pasado, porque empezó tarde y muy bien, pero está desaparecida...

J. F. said...

Ya, pero su anterior disco It's a man's world pasó inadvertido y desde If I could turn back time no tenia un tema de éxito