Friday, 13 January 2012

Más de cien mentiras en la Gran Vía

Ayer Musicanismos tuvo la ocasión de acudir a la actuación número 100 de Más de 100 mentiras, el musical creado a partir de las canciones de Joaquin Sabina. Se trataba de una ocasión especial y entre el público se pudo ver a mucha gente del mundillo como los cantantes Juanma Cifuentes o Fanny Alcázar -a quien hemos podido ver recientemente en Blancanieves Boulevard- o al director de Broadwayworld Spain Juanjo González.

Aunque era la primera vez que veíamos el show, testigos de las primeras funciones que reincidían para esta, aseguraban que el libreto del cineasta David Serrano había sido pulido para resultar más fluido y cómico. Sin embargo para muchos seguía cojeando. No se pueden pedir peras al olmo ya que los musicales jukebox, es decir, creados a partir de canciones ya existentes, deben idear una historia que se adecue a las composiciones. La dificultad siempre está ahí y la brillantez siempre es un elemento ajeno a estos espectáculos como dejaron claro Mamma Mia! o We Will Rock You.

Más de 100 mentiras es un gran salto cualitativo para su productora Drive. Tras las experiencias de Hoy no me puedo levantar, Enamorados Anónimos y 40 El musical, han apredido a crear una escenografía, unas coreografías y un guión adecuados para la ocasión. Se nota que David Serrano, responsable de la historia, se ha visto con mayor margen de maniobra pues ya no tiene que contentar a los adolescentes y a los abuelillos como en ocasiones anteriores. Este es un musical para un público que transita entre los veintilargos y los sesentaypocos. Por ello su trama de chorizos y putas está exenta de escenas excesivamente ñoñas y lánguidas. Sin embargo no podemos olvidar que se trata de un guión para musical y de que la vena popular del guionista le lleva a las escenas costumbristas de la españa urbana de los primeros años de la democracia, del cine de pandilla norteamericano de los ochenta, y del humor costumbrista que tanto nos caracteriza. Por suerte no se exceden en chistes aunque siguen sin superar la calidad de obras con más de 125 años como la zarzuela La Gran Vía cuyo corrosivo humor y su falta de corrección política sigue escandalizando hoy en día. Más de 100 mentiras nos cuenta la historia de un timo a la mafia. El Tuli sale de la cárcel tres años después de un golpe fallido. En aquella ocasión Juan -cuyo tio, un mafioso de cuidado, era el cerebro de la operación- esperaba con el coche en marcha pero huyó dejando a sus compañeros atrás, con lo que el Tuli fue trincado por la policía y Samuel tiroteado. Juan ahora es dueño de un bar que hace las veces de burdel donde trabajan su novia Magdalena y un amigo de la infancia y exboxeador, el personaje cómico Manitas. Juntos se proponen dar un último golpe con unos billetes de lotería y así vengarse del tío mafioso.

Las canciones de Sabina funcionan. Su poesía urbana y de bajos fondos impregna cada segundo y cada centímetro del escenario decorado con una elegante y compleja escenografía. No faltan algunos de sus grandes éxitos (más por calidad que por ventas) como son Y sin embargo, ¿Quién me ha robado el mes de abril?, 19 días y 500 noches y algunos de sus sonetos. Una lástima que pierdan toda su personalidad en voces tan poco personales como la de los cantantes, de técnia excelente pero sosos hasta decir basta, y si encima el sonido falla y casi no se escuchan las voces entre el estruendo sonoro, apaga y vámonos. Sin embargo son interesantes las coreografías por que resultan frescas, variadas y sorprendentes en ocasiones. Aunque completamente descontextualizado, el número de Yo quiero ser una chica Almodóvar es uno de los mejores por su ritmo, su desparpajo y su sentido del humor.

Para celebrar el centenar de actuaciones, el señor Joaquín Sabina estuvo presente y subió al escenario durante los aplausos finales donde todo el reparto le entregó un hortera bombín dorado que el ya mayor trovador callejero se puso durante el homenaje en forma de canción que le ofrecieron sus alter egos en la ficción. Y nos dieron las diez fue el tema elegido y que comenzó cantando Sabina aunque enseguida se deshizo elegantemente del micrófono. Una curiosa velada y un musical diferente que parece que por ahora, está gustando.

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