Pink - Please Don't Leave Me from hdtv on Vimeo.
Lady Gaga - Paparazzi (HQ) from Lily Allen on Vimeo.
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En las portadas de la primigenia edición estadounidense sigue habiendo espacio para todo tipo de músicos. Mientras en nuestro país nos aburren con modelos y rockeros clásicos en poses poco interesantes (cuestiones de target), al otro lado del Atlántico aún hay hueco para un poco de rock barato y efectivo. Lady Gaga estrena muchas cosas... además de trajes nuevos para sus actuaciones, ya podemos ver el videoclip de Paparazzi rodado por Jonas Akerlund (habitual colaborador de Madonna) y la nueva portada de Rolling Stone USA con una sesión de fotos realizada por el plástico objetivo de David Lachapelle, uno de los fotógrafos más exagerados y personales de los últimos años. Tarde o temprano, tenían que trabajar juntos.
Su pasión por la fotografía afloró cuando sólo contaba con 6 años y se encontraba de vacaciones con su familia en Puerto Rico. Allí, enfocó a su madre en bikini mientras bebía champán. Su espíritu aventurero y despreocupado le llevó a Nueva York a los 15 años. Tras buscar trabajo en balde por ser menor de edad, consiguió un puesto de camarero en el mítico Estudio 54. Para ello tuvo que mentir. Gracias a este trabajo, pudo entrar en contacto con grandes personalidades del momento como Liza Minelli o el propio Warhol con el que volvería a encontrase años más tarde. Su aventura duró poco ya que su padre se lo llevó de la oreja a Connecticut para que estudiase en la Escuela de Artes de Carolina del Norte. En cuanto cumplió los 18 regresó a la capital del mundo y enseguida consiguió trabajo en el bar de ambiente gay Browns. Se rumorea que incluso que debido a su apurada situación económica se hizo unas cuantas chapas. Tras este episodio regresó a los estudios de arte en varias escuelas. En esa época fue cuando se presentó ante el responsable de la Factory, durante un concierto de rock, que le ofreció su primer trabajo como fotógrafo en la revista Interview. Sin embargo, la muerte a causa del sida de su novio, el bailarín Louis Albert, ensombreció la felicidad de aquellos momentos.
Desde aquellas primeras colaboraciones en Interview, David Lachapelle ha ido configurando una personalidad artística que lo ha convertido en uno de los fotógrafos más reconocidos del mundo, por cuyo objetivo han pasado casi todas las grandes estrellas de la música y el cine. Su campo de acción no se ha limitado únicamente a la imagen fija, también ha realizado importantes campañas publicitarias (H&M, MTV, L’Oreal) y ha dirigido un buen puñado de videoclips para artistas como Elton John, Christina Aguilera, No Doubt, Moby (por el que recibió varios premios) o Macy Gray. Su incursión en el mundo del cine llegó a través del documental Rize, una pieza audiovisual en la que ilustraba el baile en las calles de las grandes ciudades norteamericanas.
El auditorio del Palacio de Congresos de Madrid se convirtió anoche en el hábitat idóneo para que la pantera de Figueres pudiera vivir en libertad. Cuerpo a cuerpo con su siempre variopinto público ofreció un recital como los que ella siempre ha soñado. Orquesta, coro y maestro (director) para sentirse como Callas, Tebaldi o incluso Rocío Jurado con la que seguro ella se siente más identificada. Adagio Tour (tranquilos que también hay momentos prestos, allegros y andantes) realizó su segunda parada en Madrid con un repertorio alimentado por Palabra de mujer, Minage y Tarántula. Varios tipos vestidos de traje y con rictus facial cuidaban de que nadie lanzase una foto o grabase un video, por lo que no disponemos de documentación gráfica.
Con Qué imposible, un arrebatador tango, comienza a relajarse y a entablar comunicación con su público. Tras una larga introducción regresa al escenario con una caperuza y una cesta repleta de caramelos para arrancarse por Usted, con esa voz tan infantil que pocos consideran suya. En cuestión de un segundo pasa a una actitud rebelde creando un espectáculo clásico-punk-humorístico. Pero no nos ofreció ni un sólo dulce. Tras un nuevo cambio de vestuario, ahora traje de noche oscuro, nos deleita con Empiezo a recordarte, sentada sobre un tocador, una potente versión de Sobreviviré, Idilio y Todo Mentira, en la que introduce un clavicémbalo o un órgano electrónico que reproduce su sonido.
Aunque por su nombre puedas pensar que son italianos, en realidad provienen del otro lado del Atlántico. Compatriotas de Paulina Rubio o la gripe porcina, Dulce beat editado aquí en 2006 y Fantasía Pop en 2008. Sin embargo en 2003 publicaron su debut titulado “Cocktail” en México y sigue inédito aquí. De esta guisa, se presentan con un sonido electro-pop algo naïf con reminiscencias brasileñas y de la música disco de los 70, y la frágil, añiñada y zalamera voz de su flasheada líder Denisse.
Edgar: Y luego, movimos el disco por todas partes, y finalmente comenzamos con un sello pequeño. Así publicamos nuestro primer trabajo, “Cocktail”. También tocábamos e directo mucho. Y después tuvimos la oportunidad de fichar con una discográfica internacional, y publicar este nuevo disco, que nos abrió muchas puertas.
Tocásteis como artistas invitados en los conciertos de Moby en México. ¿Os gustaría trabajar con él?
Cuarenta años sin éxitos son muchos años sin nada que hacer y mucho que contar. Por eso Dolly nos ofrece dos horas de PURO PETARDEO a través de canciones actualmente consideradas clásicas y petardas (Marisol y Eurovisión), chistes de todo tipo, bailes, trajes estrambóticos, comentarios jocosos sobre divas colegas, y recuerdos del "pude ser pero no quise".
Se acaba la primera, y parece que última, temporada del musical Saturday Night Fever en Madrid. Basado en la película de 1977 dirigida por John Badham, con guión de Nick Cohn y Norman Wexler y protagonizada por John Travolta y Karen Lynn Gorney, nos cuenta las aventuras de un joven neoyorquino en el momento de auge de la música disco.
El pasado viernes pasaron por la madrileña sala Joy Eslava, antiguo refugio para el estreno de las zarzuelas de Hilarión Eslava y actual sala de fiestas a la que acude “lo más granao” del extrarradio. Pero el viernes 22 de mayo no cabía un alma más sobre la maltratada moqueta de la sala. La audiencia estaba tranquila. Seguramente había salido del trabajo un rato antes y aún calentaba motores. Seguramente esperaba que la banda trabajase duro para comenzar a dar botes. En cuanto a su naturaleza, aquello parecía una vichisoise del habitual público de Madonna o Kylie Minogue y el de Pet Shop Boys o Depeche Mode, la gran mayoría ya de lleno en la treintena.
Sin hacernos esperar demasiado, apareció Dolo, vocalista y letrista junto a toda la banda (Vj, Pau Riba, incluído), con un vaporoso vestido blanco, chupa rosay gafas de sol, una mezcla entre Martirio y Björk, varita mágica en mano. Con ella pretendía lanzar sn encantamiento sobre todos nosotros… aunque no le hacía falta. Tema tras temas, Pena, Invasión, Mirona, Cosas malas, 1000 Km. La mayoría habían sido apenas se reconocían tra el maqueo de Cat Complex y Sidechains (tampoco ayudaba mucho el sonido de la sala, que provocaba un fuerte emborronamiento). Como viene siendo habitual desde hace unos años Dolo actuó como una líder carismática, (recuerdo verles en concierto en 2007 cuando era de lo más modosita), dispuesta a bailar, hacer pantomima y lo más importante, contar chistes. Gracias a ella y al juego de luces, la Joy pasaba agradablemente de rave catárquica a club de la comedia gracias a “La verdadera historia de Jessica y Jonathan”. Continuaron con Tengo, Cuerpo transparente, Cósmica… la energía iba in crescendo… ¡Grandes despedidas! Y de repente, la sección de baladas trasladadas al medio tiempo con Decibelios, Desolado y Una mañana y para terminar Cuánta vida. Tras un descanso, preparon la recta final. Dolo apareció con un vestido retrofuturista para interpretar Circuitos de lujo, aunque en seguida se lo quitó para Lola y Me tienes contenta (con la guitarra de Sweet Child O Mine de Guns’n’Roses). Un final feliz para un concierto que acababa y una noche por delante que daba comienzo.
Bonas a todos. Mis amigo de Musicanismos me pedido que hable sobre esa grande diva y mujer que ya vive tantos años, Cher. Soy Madonna y como comprueban, mi espanol (disculpen no tengo esa "n" con ceja arriba) es muy bueno. Io siempre he estado rodeada de latinos... Jellybean Benitez, mi amada Ingrid Casares, Carlos Leon, algunos de los mios bailarines... Pero encima de todo gracias a canciones como La Isla Bonita, Who's That Girl, Veras, Lo que siente la mujer o Spanish Lessons que me han enseñado a pronunciar asi de bien, atentos:


Resulta gratificante que una artista apoyada por los medios de comunicación y las mayores multinacionales justifique sobre el escenario tamaña inversión. Y es que las dos horas con las que deleita a todo el que se compra una entrada para su concierto suponen una de las mejores experiencias del pop. Beyoncé Knowles ha pasado por nuestro país con su gira I Am... Tour para recordarnos (como ya dejó claro en 2007) que existe una nueva diva en el Olimpop. Una auténtica felina indómita de melena impresionante.
Anoche el Palacio de los Deportes de Madrid la esperaba con emoción (y largas colas). Estaba prevista la actuación de Labuat para ir abriendo el apetito, pero un retraso en el montaje del escenario nos ahorró esos minutos de aburrimiento. Finalmente apareció Beyoncéy no necesitó más que un potente cañón de luz para dominar un escenario de veinte metros de longitud y captar la atención de la audiencia (da gusto ver el Palacio hasta los topes). En aquel instante se abrieron las compuertas de la celebración musical. Una liturgia dividida en cuatro secciones repartidas entre la pura, casta y sentimentalmente estable Beyoncé y su lascivo, agresivo y echao'palante alter ego Sasha Fierce. Crazy in Love, Naughty Girl, Freakum Dress y Get Me Bodied (Extended Remix) eran entonados por una Beyoncé de dorado vestido (sí, como una burbuja de Freixenet) mientras descubríamos a una nutrida banda de féminas (dos teclistas, una pequeña sección de viento, tres coristas...) y una megapantalla de alta definición que haría las delicias de Madonna. Ella, todo actitud, pose y fortaleza arrebatando el sentido común a un público algo tímido que no votaba en exceso.
La sección más sentimental y romántica la colocó en segundo lugar. "Menudo bajón ahora con esto", comentó alguien a mi lado. Y es que reducir el ritmo a la media hora de concierto tras un inicio tan vertiginoso no parecía demasiado acertado... Pero valió la pena. Tras un vídeo, apareció completamente de blanco sobre una escalera como toda una diva de Las Vegas, mientras las pantallas proyectaban un mar azul turquesa embravecido. Cuando parecía que se iba a arrancar por Como una ola, empezó a sonar Smash Into You, de su último trabajo, al que siguió ese esperpento titulado Ave María que incorpora el fragmento más conocido de la obra de Schubert. Inesperadamente la visten de novia y entonces, como una pura y virginal señorita entona la obra del músico alemán en latín. Y la audiencia preguntándose "¿Qué coño canta?". Delicias del fenómeno pop.
A la hora de lucir trapitos, Beyoncé no tiene ningún reparo en elegir vestidos imposibles como el body de plástico a medio camino entre Mad Max y Hi-Man con el que reapareció en el escenario para regalarnos la interpretación una inspirada y sentida de If I Were a Boy durante la que intercaló unas cuantas estrofas de You Oughta Know de Alanis Morissette (¿Quién podría esperárselo?)
Con las pilas recargadas, era el turno de Sasha Fierce que se encargó de mantener alto el listón con Diva y una ravera, aunque algo aburrida, Radio, uno de los temas más laureados por el respetable. Tras esto llegaron The Mammas, el trío de orondas coristas que divirtieron al público hasta el regreso de Beyoncé suspendida sobre el público mediante cuerdas. Así se colocó en una plataforma en el centro del recinto para que los de atrás no se quedaran sin ver de cerca a su diva. Rodeada de su público, se mostró relajada y feliz para cantar Baby Boy, Videophone, un popurrí de Destinys Child (Bootylicious, Bug a Boo y Jumpin' Jumpin'), al que siguió Irrepleaceable, en la que sólo se atrevió con unas pocas estrofas en castellano. De nuevo de vuelta a Destinys Child con Say My Name y de regreso al backstage para preparar la ronda final. Otro gran intermedio nos esperaba: si en el primero fue la guitarrista la que nos deleitó con un sólo de guitarra por el que pasaron Billie Jean de Jackson o Seven Nation Army de White Stripes, y en el siguiente las entrañables y sensuales coristas, el último tenía que pertenecer al cuerpo de baile, que se retorció al ritmo de otro popurrí de Destinys Child, que incluía Beautiful Liar.
Del mamarracheo a la sofisticación
Llegó el momento. Por segunda vez en su carrera, la incombustible Beyoncé, mujer de plexiglass aterriza en nuestro país para ofrecer dos conciertos y presentarnos las canciones de su álbum I Am... Esta noche en el madrileño Palacio de los Deportes y otro mañana en el Palau San Jordi de Barcelona. No te pierdas nuestra crítica del evento a partir de mañana.
El 28 de abril de 2008 Madonna lanzó al mercado su duodécimo álbum de estudio (hay que contar siempre I'm Breathless). Sólo algo más de dos años después de su última, laureada, exitosa y discotequera entrega Confessions on a Dancefloor, se confió al savoir faire de Pharell Williams y Timbaland, los gurús del sonido de moda en EE.UU. Ambos firmaban desde hacía ya bastante tiempo gran parte de los singles que ascendían al nirvana de las listas de venta y difusión radiofónica y para este nuevo disco idearon un sonido urbano descafeinado, que selecciona los elementos más amables del hip-hop, el r&b moderno y la música disco para trasladarlos al pop.
Es comprensible que recurriese a dos pesos pesados consolidados para su siguiente hazaña comercia-musical, pero por si acaso Timbaland no fuera suficiente, Justin Timberlake (asiduo junto a Nelly Furtado a su factoría)también colaboró en algunos temas como el que sirvió como single presentación, 4 Minutes. Esta canción que aparentemente disgustó a una gran cantidad de fans logró llegar al número uno en la lista de descargas digitales de Billboard, que ya superaba en muchas ocasiones en cantidad de unidades físicas vendidas. Mientras que con Hung Up llegó sólo hasta el séptimo puesto del Hot 100, con 4 Minutes alcanzó el bronce. En el resto del mundo, en cambio, el éxito y el ascenso a las cumbres de las listas de ventas de cientos de países fue inmediato, como siempre. El videoclip, dirigido por los franceses Jonas y François, resultó ser bastante interesante, lleno de sugerentes efectos especiales. En él se observa una de las grandes obsesiones de Madonna, el paso del tiempo, a través de la desaparación completa de la materia.
La promoción no pudo ser más escasa... tres showcases en sus ciudades "estrella": Londres, París y Nueva York, y un par de sesiones de entrevistas a cascoporro. Con cada uno de los tres conciertos apareció en la prensa y pocas revistas se resistieron a sacarla en portada. Madonna estaba en todas partes, y de pronto anunció que salía de gira ese mismo verano, algo inédito en su carrera, pues siempre se esperaba al año siguiente de la edición de su disco para salir a la carretera. The Sticky & Sweet Tour era el nombre de la gira. Sin tiempo entonces para la promoción, sólo lanzó un videoclip más, el del segundo single Give it to me que confeccionaron con una sesión de fotos de Tom Mumro para ELLE Magazine y dirigido por Nathan Rissman, novio de la exniñera de los hijos de Madonna. Sin duda alguna uno de los videos más aburridos de su carrera.
En más de una ocasión ha declarado que odia rodar videoclips y por eso prefiere rodarlos en estudios durante unas pocas horas, aunque el resultado sea mediocre. Además sabe que gracias a internet ya no son tan necesarios. Por eso no hubo videoclip para el tercer single Miles Away, que sí tuvo difusión en radios y en formato maxi a la venta. Es una verdadera lástima que la promoción no continuase porque se han quedado muchas canciones por descubrir. La rítmica Heartbeat, la discotequera The Beat Goes On, la despechada y funky She's Not Me,la bochornosa Spanish Lessons, la naïf Incredible o la prescindible Ring My Bell (bonus track), todas de Pharrell, configuran un capítulo discreto pero divertido en la carrera de Madonna. Lo mismo que 4 Minutes, Miles Away, Dance Tonight, Devil Wouldn't Recognize You, o Voices, fantástico cierre para el álbum, de mano del equipo Timbaland-Timberlake-Danja.
Propuestas masivas, clásicas o intimistas tienen cabida en la primera edición del Festival de Guitarra Madrid que nos traerá grandes nombres del instrumento más difundido del mundo. Puede que por él no pasen grandes divas, ni superestrellas del rock, pero puede ser una ocasiones excepcional para apreciar la guitarra en todo su esplendor y variedad. Sin embargo parece que este festival todavía no ha convencido a muchos. Justamente ayer se anunciaba que el concierto de esta noche Jackson Brown en la Sala Heineken ha sido cancelado debido a la escasa venta de estradas. Esperemos que el resto de artistas que pasarán por la Sala Heineken como el africano Vieux Farka Touré o el rockero-bluesman Joe Bonamassa, entre otros, no cancelen. Pero aquí no acaba la mala fortuna, pues el genial Joao Gilberto pospone su recital de bossa nova en el Palacio de Congresos hasta el 18 de julio, con lo que se saldría de las fechas del Festival. El Palacio de los Deportes será testigo de dos de los momentos de rock masivo del festival con el veterano Gary Moore, y nuestros dioses del rock Reincidentes y Rosendo. En las antípodas encontramos a los académicos Manuel Barrueco y David Russell que harán disfrutar a los oídos más sibaritas. Por último, la intimista sala del teatro Lara contará con la oferta más ecléctica. Por su teatral escenario pasarán grandes músicos de la escena internacional como Joe Henry (cuñado de Madonna y compositor de Guilty By Association, Don't Tell Me, Jump y Devil Wouldn't Recognize You), Scott McKeon, Diego del Morao, Jan Akkerman y las únicas dos representantes femeninas de esta primera edición, la cantautora neoyorquina Dayna Kurtz y la colombiana Mónica Giraldo, que cerrará el festival el 21 de junio, día en que se despide la primavera para dar paso al verano.Toda la información en Guitarra Madrid

Mucha gente ya lo sabía, pero para otros era y es un hecho completamente desconocido que la imagen y la actitud de la responsable de Just Dance, es resultado de experimentos y fracasos previos. Antes de convertirse en Lady Gaga, Stefani Joanne Angelina Germanotta, probó suerte en el mundo de la música con el emo, la balada rock, o incluso el reggae en un EP presentación de cinco pistas: Something Crazy, Wish You Were Here, No Floods, Words y Red & Blue. No era ni rubia, vestía como una cantante de trash pop latina, se llamaba únicamente y su música estaba absolutamente alejada de cualquier instrumento electrónico, excepto la guitarra eléctrica. Parece que se dio cuenta a tiempo de qué e slo que fallaba para llegar a las masas del mundo entero.


