El encargado de resucitar la historia ha sido el dinosaurio Jaime Azpilicueta. En esta ocasión ha propuesto un trabajo actoral afectado y mecánico, muy clásico y poco natural. Pero quizá eso es lo que conviene a una historia como ésta. Queda claro que la culpa no es de los actores y cantantes, puesto que salvan con dignidad sus papeles pese a la nula dirección de actores. La puesta en escena es efectiva y muy sencilla: hay un prado con montañas que sube y baja, calcadito del que aparece en el cartel original de la película, hay un elegante salón palaciego y una abadía recargada de pinturas barrocas.

Sin duda, tarde o temprano regresaría a los escenarios españoles uno de los musicales más representativos del siglo XXI. Un artefacto melodramático de relojería exacta con una música idónea y una sencilla historia que sigue emocionando por igual a los nuevos espectadores y oyentes como a los que vieron su estreno en la gran pantalla hace más de cincuenta años.
Alicante 26 abr - 6 mayo
Córdoba 10 - 13 mayo
Santander 17 - 20 mayo
Sant Cugat 24 - 27 mayo
Mallorca 31 may - 3 junio
Murcia 7 - 10 junio
Málaga 14 - 17 junio
Logroño 21 - 24 junio
Sevilla 29 jun - 01 julio
Gijón 12 - 15 julio
Vigo 19 - 22 julio
A Coruña 26 - 29 julio
Bilbao 23 ago - 9 sep
Madrid 27 de sep. Temporada limitada
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