Estamos en pleno éxtasis en Coimbra, pero nuestro becario se encarga de actualizar esto. Pronto publicaremos nuestras impresiones sobre la gira de la diva, pero antes queremos centrarnos en algunos puntos por separado.Los conciertos de Madonna son auténticos tour de force en los que cada momento es emocionante. Suponen un esfuerzo físico constante que los convierte en eventos únicos. Por eso, de una pieza como Vogue se espera un auténtico delirio. Todas sus presentaciones han sido espectaculares, incluso la más reciente, la de la SuperBowl, era completamente nuevoa con su elegante y recargada estética romana renovando así la temática de la canción que por tantas y tan diferentes influencias ha pasado.
Ya desde la primera actuación que pudimos ver en el Blond Ambition, todo era impecable. Nada que ver con la que ahora nos presenta en el MDNA Tour, que es aburrida y predecible hasta decir basta. Tanto la estética como el vestuario -que quieren emular los del vídeo y el estilo original- son aburridisimos, y en la coreografía parece estar cansada. Vamos a hacer un repaso de todas las actuaciones para demostrártelo.
Y aquí la aberración aburrida de 2012:
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