Ravel en Madrid

Si crees que lo que vas a leer aquí es un reportaje acerca de las mejores fiestas rave en Madrid, relee el título y cierra esta página, porque a lo que nos referimos es a uno de los compositores más brillantes del siglo XX, Maurice Ravel. Entres sus pocas óperas se cuenta una fantasía lírica en dos partes o lo que desde la óptica zarzuelística podríamos llamar juguete lírico-cómico en dos cuadros, que se titula L'enfant et les sortilèges. Se trata de una de estas óperas cortas de no más de una hora con una temática ligera que suelen utilizarse en los talleres líricos para ofrecer las primeras oportunidades a los que comienzan en las artes escénicas. Precisamente, el Atelier Lyrique de la Opéra national de París ha sido la responsable del montaje que ha estado durante cuatro días en los Teatros del canal de Madrid, dentro de la programación del Teatro Real, cuya última función tuvo lugar anoche.

En esta ocasión, se prescindió de la orquesta y apostaron por una orquesta de cámara para la que utilizaron una versión para piano a cuatro manos, flauta y violonchelo arreglada por Didier Puntos. Como se quedaba un poco corto el programa, incluyeron las Historias naturales, unos breves poemas cantados con acompañamiento de piano titulados El Pavo Real, El Cisne y La Gallina.

Esta funciones están orientadas a crear un gusto en la infancia por la ópera por su duración , su temática ys u música accesible... Pero desde aquí pedimos que se traslade esta f´romula a las grandes y complejas óperas ya que resulta sorprendente lo callados que están los niños y lo poco que tosen a diferencia de toda la muchachada de más de setenta años que habita cada noche el Teatro Real. Los niños que acuden, además de repelentes cuando tengan 15 años más, son un público fantástico.

Sobre la ópera podemos decir que es una refrescante fantasía sobre un niño indisciplinado que no obedece a su madre, maltrata a los animales, rompe la vajilla y no hace sus deberes. Así que todos los seres, vivos e inertes, a los que ha maltratado, sele aparecen para recriminarle su actitud... hasta que el pequeño, harto de tanto bullying, se rinde y admite todo el mal que ha hecho. Los seres le perdonan, porque el muchacho, en un acto de caridad, cura la pata de una ardilla (a la que previamente ha arrancado la cola), lo que enternece a todos los presentes.

En el video se muestra un montaje en el que los cantantes están escondidos al público y son bailarines quienes representan la acción.