Saturday, 22 September 2012

La pobre Britney

Britney es una diva adorada, muy mona, que despierta ternura y cercanía. Una dulce vaquita de Luisiana que no sabe cantar. Pero no es un drama, es parte del negocio musical desde siempre. Antes de los 70, las cupletistas no necesitaban grandes voces, porque tenían que resultar picantonas, divertidas o pizpiretas. Eran el híbrido entre la cantante y la actriz. Esa figura se encarna en nuestros días en varias divas del pop: en particular Madonna y Britney Spears. No tiene calidad vocal, pero sus voces son agradables -casi siempre- y resultan tan humanas que conectan con el público.

 A un servidor le vuelve loco la voz de Madonna en sus grabaciones: es teatral, dramática, está cargada de matices, pese a moverse en un rango de sólo 2 octavas -y de milagro-. Por eso cualquiera que intente defenderlas o denostarlas por su voz es un necio que se mete en un debate estéril. Las divas con buena voz son aburridas dramáticamente -excepto Lady Gaga-. La voz de Christina Aguilera es mucho mejor que la de Britney, entonces ¿Por qué no cosecha el mismo éxito que su compañera del Club Disney

Britney engañaba al público con 8 añitos porque modulaba la voz artificialmente al estilo de las grandes divas del soul. Pero hoy en seguida se ahoga. Sus modulaciones las podemos hacer cualquiera. Todo se reduce a saber  hacer una "pantomima vocal" si tal cosa puede existir.Y la pobre Britney vive en una pantomima perenne.

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