Madrid también dispone de un interesante Off-Gran Vía que, además de nutrirse de contar con obras propias y muchas compañías entre lo amateur y lo profesional, importa obras del Off-Broadway. La compañía Tela-Katola es una especialista. Tras montar Te quiero eres perfecto ya te cambiaré, el año pasado decidió darnos a conocer Tick Tick Boom! la primera obra del genial Jonathan Larsson, el malogrado autor que falleció antes de ver estrenada su obra maestra Rent, en Broadway. Precisamente en Tick Tick Boom! Se condensan los elementos que luego desarrollaría en Rent. Tanto temática como musicalmente ambas son hermanas.
Tick Tick Boom! es una obra autobiográfica que nació en uno de esos legendarios y duros workshops neoyorquinos que sirve de escaparate a los autores para que Boradway y Off-Broadway se decidan a producir sus obras. Finalmente la obra se representó en tres teatros del Off-Off-Broadway (Second Stage Theatre, New York Theatre Workshop y The Village Gate). De eso precisamente trata de la propia obra, que nos habla de esos dos caminos que hay en la vida y que en cierto momento tienes que elegir: o seguir luchando por tus sueños renunciando a la vida estable media de Occidente, o lanzarte a lograr vivir de esa arriesgada profesión –casi siempre artística- que te llena tanto. En un principio se escribió como un monólogo rock, un género hasta ahora nunca puesto en escena.
Cuando Larsson murió en 1996, la productora Victoria Leacock pidió a David Auburn, que había ganado un premio Pulitzer por su obra Proof, que reconstruyera Tick Tick Boom! para convertir el monólogo musical en una obra de tres actores: Jon, el protagonista, su novia Susan y su mejor amigo Michael. Ésta se estrenó en el teatro del Off-Broadway Jane Street Theater con bastante éxito.
Los parecidos con Rent son muchos. Para empezar el protagonista también es artista, en concreto un compositor de musicales que tiene todas sus esperanzas puestas en su magna y futurista obra Supervia. Va a cumplir treinta años y aún vive en un destartalado apartamento neoyorquino, como los protas de Rent, y como en esa obra, el Sida atenaza a uno de los protagonistas. Musicalmente también tienen mucho en común, de hecho una de las canciones No More es clavadita a la que abre el musical Rent y en general la manera de ser interpretado y los ritmos rockeros nos hacen ver que es un ensayo de lo que vendría después.
En Madrid la compañía Tela-Katola ya estrenó en 2011 el musical con una puesta mucho más reducida en el hall del teatro Lara –ni siquiera en la sala- y por fin han podido estrenarlo en un tetro como el Arlequín, donde tras haber acogido muchos estrenos de Antonia San Juan, una de sus obras fue un musical, y el estreno de Hombres Desnudos Cantando, y ser el centro de operaciones de la familia Ozores. El director Pablo Muñoz-Chápuli ha creado una versión compacta con una ingeniosa escenografía. Para el reducido reparto ha contado con dos caras habituales en Tela-Katola: Jorge Gonzalo y Laura Castrillón, y con el actor y cantante David Tortosa. Los tres bordan los papeles... quizá Laura se muestra demasiado intensa cuando toca ponerse meloso, pero su magnetismo en escena es innegable. Esta obra no requiere a cantantes heroicos de cuerpos esculturales para enseñar cacha, sino de personas normales que tienen una vida normal, aunque atractivo no les falta a ninguno de los tres. Por suerte cuentan con una pequeña orquesta que da vida a las composiciones de Larsson con mucha energía. Sin duda, es gratificante ver cómo una iniciativa privada monta con tan pocos recursos y con tanta ilusión un musical en Madrid. Les deseamos lo mejor y esperemos que arrasen cada miércoles y domingo a partir de las ocho de la tarde.
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