Wednesday, 14 March 2012

Feat. Pitbull & Cia.

No queremos ir de puristas porque somos los menos indicados... Las modas son parte del pop puesto que el mismo pop nació de una moda, de una tribu urbana que quería romper con la cultura del adulto. Y como siempre ha habido mucha morralla en la industria discográfica comercial, que abarca una inconmensurable colección de estilos, nuestra época actual no podía ser menos.

Este pasado fin de semana me encontré en una pequeña discoteca con una gran pantalla en la que se emitían videoclips de música dande de los últimos años. Al poco rato entré en un estado de depresión del que ni el magnánimo y pervertido humor de mis amigos consiguió sacarme, pero no podía dejar de mirar a la pantalla, como buen hijo del siglo XXI.

Las pantallas son vida, puertas a otras dimensiones las cuales, desde que existe internet, se han vuelto interactivas. Pero lo que ofrecía la pantalla que yo miraba era algo muy pobre y repetitivo. Una sucesión de ejemplos de evasión y de ideales de vida carentes de emoción y demasiado superficiales. Sentimos emitir juicios de opinión pero es que lo que sentimos produndamente y vivimos fue espeluznante: Coches de lujo, tías buenas en bolas y supuestos cantantes y raperos feísimos y gordos haciendo como que cantan y son guays. Esto no es nuevo, el cine del destape era así, y la cultura machista ha establecido que los únicos seres bellos han de ser las mujeres. Pero la cultura gay y el éxito de las divas en el mundo de la música, ha ofrecido una nueva perspectiva en el que aparece el tío bueno en escena. Ambos conceptos nos parecen absurdos, pero en el negocio de la evasión, la belleza es un requisito imprescindible. En este ámbito, Madonna y Kylie Minogue han sido las expertas en seducir a su público con los esculturales cuerpos de sus bailarines, cuyo físico ha sido explotado hasta la saciedad (incluso Madonna sigue con ello en su nuevo videoclip para Girl Gone Wild).

Pero lo que a nosotros nos parece flagrante es el mensaje que lanzan seres como Pitbull, Snoop Dogg o Juan Magan con su música y sus vídeos. Lo de Pitbull es algo que no podemos entender ¿Cómo llega tan lejos un tipo que no tiene ningún encanto personal, que cuando rapea dice cuatro gilipolleces y que ni siquiera produce sus canciones? Algo más tiene que haber detrás, habrá que investigarlo.

Quizá pequemos de ingenuos pero nos parece ridículo que los jóvenes sólo deseen coches caros, playa y mujeres. Está claro que no es un mal plan, pero en el mundo, además de haber otros placeres mucho más hondos, es casi imposible para todos alcanzar esa meta, amén de inviable. Sin embargo ahí están ellos, ofreciéndonos esa calculada y barata opción vital mientras suena una música reciclada y machacona. Nos hemos cansado ya de toda esta porquería capitalista estéril y aburrida. Lástima que poco se pueda hacer al respecto.






El peor de todos

1 comment:

Aramat said...

Siempre dice 4 palabras sueltas que además son las mismas en todas las canciones, yo tampoco entiendo la gran fama que tiene... aunque reconozco que muchas canciones son pegadizas ( me refiero a en las que dice las 4 palabras que normalmente son canciones de otros artistas) por lo tanto no creo que el merito sea suyo, pero si con esas canciones he pasado ratos divertidos con amigos de fiesta, pero hasta ahí llega... no me compraría un disco de él