Si para algo sirve tener hermanos mayores es para descubrir música, o películas, que por ti mismo nunca te molestarías en conocer. Sobre todo si ese ser que ha nacido por casualidad años antes que tú y que se afana en joderte la existencia tiene gustos diferentes a los tuyos. Mientras un servidor se desvivía por las bandas sonoras de Aladdin y El Rey León, su hermano mayor ponía a toda tralla el primer disco "profesional" de La Puta Opp. En particular dos de sus canciones, himnos a elementos tan familiares como el vino Don Simón o esas acumulaciones de mucosa y saliva que se forman en las gargantas humanas, más conocidas como FLEMAS. Escúpe la flema es un clásico del rap de mediados de los noventa. Uno de los primeros ejemplos de raggamuffin de nuestro país que llevo tatutado en la memoria y que nada tiene que ver con las estilizadas melodías y los impolutos sintetizadores sobre los que habitualmente se escribe aquí. Sin duda alguna reivincamos a La Puta Opp, aunque resulten casi cacofónicos, pero su crudeza y falta de remilgos me recuerda a una dulce infancia entre ellos, Elton John, Alan Menken y Xuxa.
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