Imayin al de pipol

Si John Lennon continuara vivo hoy cumpliría setenta años. Seguramente sería un adorable abuelito hippie y no una señora como su compadre Paul, y habría evitado que Yoko Ono cantase con Lady Gaga, porque le habría encantado hacerlo a él mismo. Posiblemente habría colaborado en los discos de sus hijos Julian y Sean, y durante la euforia pop de los 80 habría claudicado con el rock para ofrecernos himnos ochenteros al igual que George Harrison hizo con I Got My Mind Set On You, o Paul McCartney junto a Michael Jackson en The Girl is Mine. Pero todo esto no es otra cosa que ridículas conjeturas comparadas con la realidad y solidez de una carrera de diez años en solitario. Una década convulsa, beligerante y contestataría que Lennon musicó a través de Give Peace a Chance, Instant Karma, Woman, Happy Xmas (War is Over) o How Do You Sleep?, duro reproche a su ex compañero Sir Paul McCartney. La revista Rolling Stone le dedica en su nuevo númer un amplio especial con multitud de reportajes extravagantes como el titulado ¿Dónde puede verse su pene? y Google ha decorado su letrero con unos psicodélicos dibujos en homenaje al música. Además, para sacar tajada, se edita una caja con todos sus álbumes y un sinfin de chorraditas como láminas y textos y unas cuantas maquetas de las que ya todos los fans tienen una copia desde hace años pero, ¡oye! que ahora se editan oficialmente. Para los que quieran iniciarse en el culto lennoniano se lanza un grandes éxitos sencillo con quince temas y otro que además incluye los videoclips. Todo precioso, pero su repertorio, al igual que el de The Beatles no puede escucharse en Spotify. Habrá que conformarse con las edulcoradas versiones que nos ofrece tan magna plataforma.