Friday, 11 February 2011

ALEXANDER MCQUEEN II

Los suculentos modelos elegidos para el Bad Romance de Gaga proceden de la colección primavera-verano para 2010 Plato's Atlantis (La Atlántida de Platón) cuya presentación, más austera de lo habitual, fue todo un éxito en su retrasmisión por internet y a la intervención de la música de Lady Gaga, que estrenó en primicia su nuevo sencillo. Gracias a su anuncio en twitter, instantes antes de la emisión, la web showstudio.com se colapsó con más de un millón de visitas. Famosos son ya los vestidos cortos de cintura ajustada y falda acampanada con estampado simétrico, (impreso digitalmente, de serpiente o polilla). Estos, al igual que las blusas y el nuevo calzado pretenden transformar al ser humano en un híbrido que por el aumento del nivel del mar debido al deshielo de los polos, ha aprendido a sobrevivir bajo el agua. Con el título homenajea al mito de la Atlántida, civilización sumergida por la ira de los dioses para castigar la avaricia del hombre, cuya existencia aseguró Platón en sus escritos.


Los impactantes zapatos de McQueen ensombrecieron el resto de la colección: parecidos a la cabeza de un armadillo, al capullo de un insecto o a un pie alienígena, han adornado y torturado las delicadas extremidades de las atrevidas modelos que han accedido a lucirlos. Varias top models, entre ellas la accidentada Abbey Lee Kershaw, rechazaron su participación en la muestra después de echar un vistazo a los zapatos. Y es que la joven temía por su integridad física tras haberse torcido un tobillo en febrero de 2009 durante un pase de Dior, y sufrir un desmayo en la anterior presentación veraniega de McQueen debido a un corsé demasiado ajustado. Reseñables también son las sandalias con tacón, en blanco o negro, que parecen salidas de los dibujos del surrealista H. R. Giger responsable de la estética de Alien.


Sus diseños para la temporada otoño e invierno de 2010 no despertaron polémica, pero mantuvieron la originalidad de su creador. Una visión burlona del estilo New Look de Dior y trajes de tweed en tonos grises, blancos y negros, presentados bajo una estética picassiana de grotescos pierrots fue su propuesta para la mujer. Al hombre prefirió vestirlo con trajes y pieles de auténtico gentlemen, herencia de su paso por la exquisita sastrería Savile Row en Mayfair. Destaca la fuerte influencia del steam-punk (retro-futurismo años 20), y una neblinosa ambientación a medio camino entre Sherlock Holmes y Dr. Jekyll y Mr. Hide. Una temporada que mantiene el espíritu que desde sus comienzos ha caracterizado a este londinense a quien ahora recordamos, que buscaba profundizar y hacer de la moda un arte completo. Casar la tradición con la vanguardia, divertir y aportar una reflexión sociológica, irreverente o política que permitiera exclamar "¡Esto es algo más que trapitos!".

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