Thursday 18 December 2008

¡Madre mía! ¡La peli musical del año!


Los prejuicios no me permitieron disfrutar del musical en vivo y en directo cuando estuvo en Madrid. Y es que como suele ocurrir con la cartelera teatral patria, los anuncios no invitaban a pagar por ver el chou. Una estética camp, exceso de flúor y un excéntrico reparto no contribuían a crear un expectáculo con sex appeal (a partir de ahora sexapil). Además, no estaba versado para nada en la cultura ABBA y todo me sonaba a chino. Vale, es imposible no conocer ni un sólo estribillo de esta banda sueca ya que en nuestro imaginario colectivo revolotean chiquititas, fernandos, mamma mias, gimme gimme gimmes, y demás parafernalias dulzonas, pero ni por esas acudí al teatro Lope de Vega de Madrid a ver Mamma Mía!, a diferencia de miles de personas, más predispuestas que yo a pasárselo bien sin prejuicios snobistas infundados.

Con el tiempo y sin proponérmelo fui descubriendo el legado de ABBA, olvidándome del musical, hasta que este verano apareció la película cuyo trailer me sedujo al instante, que acaba de salir en deuvedé y que, según parece, ha superado en el Reino Unido la recaudación que obtuvo la hasta ahora cinta más taquillera, Titanic. La película suponía el último empujón que me faltaba para que me entraran. ¡Y bastó con la puntita!

Una historia sencillita (escrita por Catherine Johnson) y con mucho puterío como gusta en las comedias musicales: chica norteamericana, Sophie, regenta con su madre Donna (también norteamericana y ex-hippie setentera) un pequeño hotelito en una paradisíaca isla griega. La jovencita va a casarse con un muchachote pero antes quiere saber quién es su padre. En la ardua búsqueda se hace con el diario de su madre donde plasmó por escrito, veinte años atrás, sus apasionadas aventuras con tres hombres durante el mismo verano en que nació su hijo. Por eso, Sophie decide invitar a aquellos tres hombres a su boda, lo que no hará demasiada gracia a Donna.

La película ha sido dirigida por Phyllida Lloyd que también se encargó del montaje teatral, así que ya conocía al dedillo los secretos de la historia. Si algo de la película es reseñable, es justamente la música. Hay algo que diferencia las composiciones de ABBA del resto de la música pop. Sin duda sus melodías tienen la culpa,y esos arreglos que ahora podrían ser perfectamente considerados kistch hacen el resto. Muchas de sus canciones han envejecido bastante mal, hay que reconocerlo, pero con los nuevos arreglos musicales para la película rebosan vitalidad por los cuatro costados. Además, la voz de Amanda Seyfried que encarna a Sophie, temblorosa como si contuviera mil emociones aporta un dramatismo delicioso. Lay all your love on me mejora tanto como Our Last Summer cantada por el trío Brosnan-Firth-Skarsgard, melancólico retrato del amor juvenil. La voz de Meryl Streep, que disfrutó como una enana en el rodaje, es dulce y se nota el esfuerzo por evitar que resulte plana en Money Money Money o Mamma Mia! o la sentimental y desgarradora The Winner Takes It All. Pero sin duda alguna, lo que más me gustan son los créditos, y no os creáis que son muy elaborados y atractivos como los de Pixar o Almodóvar ¡para nada! Esconden dos de las "joyas Mamma Mía!". Un par canciones que en su revisitación simplifican el muro de sonido propio de Phil Spector hasta limitarla a una mandolina, un bajo y una batería, en el caso de I Have A Dream o un exquisito piano en Thank You For The Music, un himno para cualquier músico/melómano de una ternura infinita gracias, de nuevo, a la voz de Seyfried.


Thank You For The Music



Lay All Your Love On Me



Honey, Honey



Mamma Mia!



The Winner Takes It All

Friday 12 December 2008

Videoclips al borde de la década

A la vez que la industria del disco se hunde, las grandes estrellas de la música pasan por una sequía creativa a la hora de rodar videoclips. La razón puede resultar evidente: los videos son vehículos de promoción de canciones y discos pagados por las discográficas. Si ya no son eficientes, no tiene sentido continuar ellos.

Sin embargo, gracias a internet pueden estar presentes en cualquier parte y siguen siendo una excelente carta de presentación para los artistas y una disciplina en la que confluyen las artes plásticas audiovisuales y musicales. La edad de los presupuestos millonarios y las megalomanías visuales han pasado. Michael Jackson está desaparecido del mapa creativo, a Madonna los videos le importan un pimiento, Björk se conforma con poco y Backstreet Boys o *N Sync (bandas millonarios videoclips, en particular Pop de la banda liderada por Justin Timberlake) son pasto de las hienas. Gracias a las nuevas tecnologías se puede hacer mucho con muy poco y parece que toda la creatividad y originalidad ahora está en manos de bandas provenientes de la escena independiente que tienen acceso a través de su ordenador (seguramente MAC), a la tecnología que antes poseían unos pocos .

Aún así a veces estos artistas mainstream, ídolos para millones de personas, nos sorprenden y aunque me sobran las imágenes de plano medio y primer plano de Britney, el videoclip de Circus dirigido por el genial Francis Lawrence es una delicia. Despuésun sorprendente Womanizer (al video me refiero) que llegaba tras los prescindibles videos de Blackout (Gimme More, Piece of Me y Break the Ice en manga), aparece un sucio, oscuro y mágico producto. Un deleite para la vista con una de las canciones más interesantes de la Spears enlos últimos cinco años.



Unos que también me animan a seguir creyendo que el pop comercial puede contar con buenos videos son Miranda! que después de año y medio de publicar El disco de tu corazón y con El templo del pop, su primer disco de Grandes éxitos aún calentito, lanzan el video de Hola, una de las cancioncillas más destacables de su repertorio. Aquí tenéis su divertido y desprejuiciado vídeo:

Thursday 4 December 2008

Editorial: Diez años creyendo

Hace diez años la música se abrió de piernas ante mi con las mismas ganas con las que un adolescente se enfrenta a las primeras piernas abiertas, las suyas o las del otro. Hasta entonces ninguna otra melodía, ninguna otra base ni ninguna otra letra me había hipnotizado con tanto ahínco como lo hizo aquella canción. Quizá fue porque me encontraba sólo en el instituto desde que mi mejor amigo se marchase a un colegio del Opus, o quizá porque era mi primer otoño como huérfano de padre que la intensidad con la que me agarró hizo que todo cambiase en poco tiempo.

Cuando conseguí el disco que contenía aquel tema se revelaron ante mi diez nuevos mandamientos, una decena de salmos que me introdujeron con suavidad en ese exquisito vertedero de música pop, comercial, dance, electrónica, rock, sin necesidad de abrir el lubrifist. Esta vez la culpa no fue del cha-cha-chá, sino de Believe, el disco que colocó a Cher de nuevo o por primera vez, en el mapa para mucha gente, entre ellos yo y contribuyó a que el vocoder se asentase en el pop llegando a los excesos de Kanye West o Janet Jackson. Aquel álbum no sólo contenía nueve canciones inéditas y una revisión de su clásico We all sleep alone, también incluía mi pasaporte a una obsesión.

Como no podía ser de otra manera en aquella época, las canciones, verdaderos himnos dance, fueron producidos por Todd Terry y Brian Rawling de la factoría Metrophonic excepto The Power a cargo de Junior Vasquez (If Madonna calls, ¡I'm not here). En una primera escucha los singles saltan al oído, Belive, Strong Enough, All or Nothing... sin embargo cada canción evoca distintas sensaciones. Dance melancólico o reflexivo... compuesto cuando Cher sólo tenía dos años más de los que Madonna carga actualmente.

Love is the groove ya por aquel entonces provocaba vergüenza ajena, sin embargo aquel encanto decadente, casi cursi, hoy resulta camp... Love is the groove in wich we move.

In the East and in the West
Every bird will seek its nest
Everyone will seek his home
Home is where the heart goes...

Pura "poesía" a cargo de la genial Betsy Cook(que la compuso en 1991) y Bruce Woolley. Runaway era uno de los temas más oscuros, una tormenta sentimental, al igual que Taxi Taxi, con la que irremediablemente imaginaba a una Cher empapada esperando en una oscura calle de Manhattan "Sing to me like Pavarotti, sing to me of Spain..." Pero sin duda alguna, además de Belive el tema estrella sólo podía ser Strong Enough (esos violines!), todo un himno a la supervivencia sentimental con una producción setentera propia del Saturday Night Fever. Lástima que Diane Warren, letrista de toda diva que se precie sólo colaborase en Takin' Back My Heart, el más discretito del disco.
Menos mal que el hijo del matrimonio Estefan recuperó Dov'e L'amore un año después para darle "marcha" y menos mal que reservó para el final la remezcla de We All Sleep Alone, balada de 1987 compuesta por Bon Jovi que aquí se convierte en una fiesta con Big Band incluida pero en versión eléctrica, una delicia para el amante del género y el que esté dispuesto a crear las mejores coreografías en su habitación.


Han pasado diez años pero sigue sonándome como antes.


Runaway



Love is the Groove



Taxi, Taxi



We All Sleep Alone 1998