
El estilo que les encumbró ya había desaparecido en El Extraño Viaje, el primer disco que autoprodujeron, y el que se supone, era genuinamente Fangoria. Pero la novedad de una producción más cruda y con profusión de elementos acústicos ni convenció a muchos, ni tampoco salió mal parada. Ayudó mucho que las letras siguieran marcadas con ese puntito irónico de libro de autoayuda y examen de conciencia, aunque no contasen con la colaboración de Lucho Prosper (responsables de Electricistas o No sé qué me das, como afirma Clara Morán -esposa de Prosper- en una entrevista a El País del 24 de enero de 2009). Lo disimularon bien.
En el recién inaugurado 2009 las cosas han cambiado, ABOSLUTAMENTE. Esta vez el dúo ha colaborado, en sus nuevas canciones, con dos músicos experimentados a los que admira. Tony James y Neil X son dos de los responsables del sonido de Sigue Sigue Sputnik y de Absolutamente, trabajo sobreproducido, barroco (aunque la propia Alaska opina que es más minimalista), en el que el dúo se preocupa por retratar el qué dirán y celebrar la frivolidad, con coros crispados y bases machaconas a años luz de su anterior estilo ambient, trip-hop o electro-pop.

Le siguió un tema de título cañí muy al estilo de Siempre que amanece, apetece, Lo poquito agrada y lo mucho enfada, , curioso himno a la continencia y la sobriedad que no auguraba un mal disco (otro tema muy Nancys Rubias pero conectado con Si dios sabe lo tuyo, que lo sepa todo el mundo, de El Extraño Viaje) ... habíamos arrancado con buen pie, aunque rimen cuatro veces seguidas con -on- perdón, confesión, excepción, ecuación o en -a- (¿Para esto hacen falta cuatro compositores como figura en los créditos?)
Para En El centro del universo, tercer corte, la rima elegida es la "i", y es todo lo que se me ocurre comentar sobre esta canción. Menos mal que llegó el primer single Más es más, oda a la superficialidad y al consumismo que deja patente la mano de Vaquerizo (¡chin, chin!), con unos violines y un coro (uoh uoh ahhhh) irresistibles. Un inquietante piano precede a un poquito de chunda chunda machacón y una letra agresiva. Se trata de Perdiendo los papeles, de producción aburrida y repetitiva, que sería mucho más llevadera si terminase en el minuto 3.05. Pero el disco, como la vida, continúa a través del tiempo y se transforma en la mística Con los ángeles, que muchos críticos y periodistas describen como la peor del disco y de su carrera. Fantástica la idea de interrumpir el coro de voces masculinas para crear ese efecto (al estilo de Easy Ride de Mirwais), que mola tanto, pero la interpretación vocal dramática resulta bastante desagradable, por no hablar de la letra... De nuevo el piano (o el casiotone) suaviza la tragedia, al igual que la batería y la guitarra sobre el minuto 2.50.
El toque clandestinamente folklórico lo pone el tema que da nombre al disco que si contuviera una buena guitarra española y unas castañuelas pondría la mano sobre el fuego, la biblia y la revista Cuarenta Principales para jurar que se trata de un clásico de Lola Flores o Paquita Rico.

Tras Amanecer dorado, llega otra canción muy similar pero más llamativa titulada Cabezas disecadas (que ya interpretaron en directo en su anterior gira), un tema dedicado, según han declarado, a los consumidores de cocaína, muy bailable en donde explotan su vena más rockera. Desde aquí les recomiendo un retoque en la letra de la canción: "Y por si no te lo han dicho, se te ha parado el reloj", por lo siguiente: "Y por si no te lo han dicho, 'que te la pique un bicho'". Gracias pero no una dulce tonada sobre la negación precede a Ensayo para una despedida que, con un interesante comienzo y una inútil declaración final, cierra uno de los discos menos inspirados de Fangoria, que pasan de ser pretendidamente horteras a ser bastante aburridos. No suena mal, es bailable, divertido pero no me invita a escucharlo tanto como sus trabajos anteriores y corre el riesgo de caer pronto en el olvido (¿gara?).
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