
Finalmente parece que se han decantado por dar más protagonismo a los ordenadores, algo que ya comprobamos, en temas como Sola y Bonus Track de su anterior disco A las cinco en el Astoria, que no les sentaba nada bien pese a que en el pasado con temas como Pop - que por su parodia de la electrónica nos parece una delicia- y 20 de enero, trágicamente patética y mala como un dolor de muelas. El nuevo sencillo carece de gancho, no tiene ni un sabor vintage, ni suena a música de hoy. Suena a caspa, a batiburrillo sin personalidad que se aleja absolutamente de todo lo que han hecho antes con Amaia Montero y sin ella. No sé si será la edad (la nuestra) pero La Oreja está pasando de ser adorablemente hortera, a resultarnos repugnantemente patética. Chicos y chica, esperamos que el disco no tenga mucho que ver con La niña que llora en tus fiesta, porque vuestro título de los Mecano del siglo XXI tendremos que dárselo a Camela. (Oh sí, "nosotros no creemos en etiquetas).
No comments:
Post a Comment