Muy raro nos parecía que en la gala inaugural de los Juegos Olímpicos de Londres 2012 cantasen tan pocos artistas. Y es que el director Danny Boyle estaba reservando a la plana mayor del pop británico para el final. Veteranos y recien llegados llenaron anoche de música la ceremonia de cierre de los Juegos Olímpicos. Muchos de ellos llevaban décadas retirados y se subieron al escenario para demostrar todo lo que y ha sido a música popular moderna en Gran Bretaña.
Que la gala empezase con Emeli Sandé -que también participó en la inauguración- pudiera parecer un poco arriesgado: una cara aún poco poco conocida que acaba de publicar su primer disco parece más una estrategia comercial para lanzarla en todo el mundo, que una manera de hacer grande y memorable un espectáculo. Muchos echaron de menos a Leona Lewis, con un estilo muy parecido al de Sandé pero consagrada a nivel mundial.
De la generación de los 80, además de los Pecho Boys estuvieron George Michael que interpretó Freedom y aprovechó para promocionar su nuevo sencillo White Light y la gran Annie Lennox que subida en el armazón de un barco ofreció una memorable actuación de Little Bird. Hubo también un recuerdo para los grandes artistas británicos ya fallecidos John Lennon o Freddy Mercury.Además de Emeli, también aparecieron jóvenes como One Direction -¡A saber dónde están en un par de años- y Kaiser Chiefs. También la emergente Jessie J con su metálica voz, que interpretó el Bohemian Rapsody junto a Brian May ofreciendo una actuación verdaderamente interesante -creemos que Jessie sería una buena sustituta de Freddy en las giras de Queen-, y los "Akons ingleses" Taio Cruz y Tinie Tempah.

Cada sección iba precedida por un número musical a ritmo de The Beatles inspirado en Stomp y Le Cirque du Soleil. En uno de esos números apareció Russell Brand, cómico británico y ex marido de Katy Perry. Conocido es el humor sardónico y afilado de los ingleses. Ya pudimos ver a Mr. Bean en la gala de apertura pero se echó de menos al cómico de moda: Ricky Gervais, que seguramente habría dado un toque excesivamente sarcástico -mucho más que las monjas en patines de Eric Idle-. También hubo espacio -poco ya que al ser tan delgadas no necesitan mucho más- para las supermodelos británicas vestidas con modelitos de diseñadores patrios. Naomi Campbell, Kate Moss, o una de las hijas de Mick Jagger -la que protagoniza la campaña de Material Girl- aparecieron dentro de camiones y desfilaron sobre el escenario que simulaba la bandera británica.
Pero a quien de verdad estaba esperando la muchachada manflorita veinte y treintañera era a las Spice Girls!!! Que contra todo pronóstico no fueron las protagonistas d ela noche, sólo un pequeño engranaje de la gran maquinaria del espectáculo. aparecieron dentro de unos taxis tuneados por el que Vicky Pollard salivaría. Y bien agarradas a la baranda para no caerse del capó de los coches, vestidas como las putillas que querían ser, cada una con su personalidad de antaño interpretaron un remix de Wannabe y Spice Up Your Life -aunque chocase escucharles la letra de presentación de Wannabe en estas casi cuaretonas-.Un momento emocionante y una excelente promoción para el musical con su música que se estrenará a finales de año en el West End.
Ellas, el gran Fatboy Slim , Liam Gallagher (sin Noel) y Take That -con un Gary Barlow aún de luto -que interpretaron Rule The World, fueron los representantes de la música de los 90 en una gala algo larga, pero cargada de sorpresas... no es sencillo conseguir una unidad y un buen ritmo cuando se trata de coordinar a tanta gente en un espacio tan grande. Sin embargo, gran parte del mundo estuvo atento al cierre de unos Juegos Olímpicos en el decadente mundo Occidental que dejan paso a Rio de Janeiro 2016, donde también hay mucha música y mucho espectáculo, aunque nada que ver con el poderío pop de la Gran Bretaña.




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