La maldición de Chenoa

En 2012 se cumplirá la primera década como estrella del pop de María Laura Corradini. Durante este tiempo ha intentado cimentar su carrera en el inestable y difícil mundo del pop español. Mientras el norteamericano se rige por una competitividad leonina donde es difícil ser estrella pero relativamente sencillo encontrar un circuito local donde ganarse la vida, en España, hacerse un hueco es sólo posible para los luchadores más afortunados. Si no, que se lo pregunten a las miles de bandas y cantautores que se dejan sus ahorros en labrarse una carrera. Pero ha habido unos cuantos afortunados a los que se les dio la posibilidad de dar el gran salto a través de la televisión. Operación Triunfo revolucionó la manera de ganar fama antes de sacar un disco, pero no había por qué alarmarse, se trataba nada más de una docena de artistas, de los cuales sólo la mitad triunfaría. Bisbal ha sido el mayor beneficiado pues ha trascendido tanto en el mercado anglosajón como europeo, el resto se ha quedado con el mercado latino internacional (que ya es bastante), particularmente Bustamante, Rosa y Chenoa, ésta última contó incluso con la colaboración de Gloria Trevi en un tema de su anterior disco.

La mujer siempre ha conseguido salvar dignamente sus discos gracias a alguna propuesta interesante que sobresalía entre toda la morralla. Por ejemplo, en su primer disco, estaban Atrévete (Mistify) producida por Metro, los mismos del Believe de Cher, o Cuando tú vas, ambos temas muy dignos, pero también contenía Chicas Solas (que es bastante malo aunque a nosotros nos guste) o la insulsa versión del Oye, mar. Su segundo trabajo, uno de los más flojitos, contenía la cabaretera Soy lo que me das (digna) o la potente En tu cruz me clavaste y aberraciones como Profano o Sagrado. Nada es igual contaba con temas aceptables como Rutinas y Tengo para ti, y peñazos insulsos como Encadenada a ti. Pese a esa imagen robada de un anuncio barato de perfumes, su Absurda Cenicienta, donde se volvía folkie (ojo, todo lo folkie que puede volverse un triunfito) fue un acierto, gracias a lo cual nos regaló Todo irá bien, un optimista himno que eclipsa al resto del álbum sin nada más interesante. Siguiendo la norma de sus discos, donde parece que sólo se esfuerza en uno o dos temas, de Desafiando la gravedad sólo se salvan Duele y Buenas noticias (que fue la canción más radiada en radio Sol XXI durante 2009)

Sin embargo, en este 2011, se presenta con el peor sencillo presentación de toda su carrera. Hay quien dice que hay que echarle la culpa a Nigel Walker. No entendemos por qué recurre a este productor tan trillado que se ha cepillado ya a la plana mayor del pop patrio como Hombres G, El Canto del Loco, Pereza, y La Oreja de Van Gogh, cuando ni se preocupa en reciclar su manera de producir. La historia de siempre: un extranjero con un currículum interesante, que es menospreciado en su país, pero que aquí lo tratamos como un rey. No queremos menospreciar el trabajo pasado del británico, pero sí la mediocridad a la que se expone produciendo canciones tan aburridas como el último sencillo de Chenoa, Como un fantasma. Pero el drama no queda aquí, ya que al menos, un videoclip interesante habría disimulado las cosas. Eso ya era mucho pedir y el video está a la (baja) altura de la canción. Imaginamos a Chenoa y al director o directora del video concretando el concepto: “Será un video simbólico lleno de referencias, muy onírico y muy impactante… me voy a meter en una bañera llena de brea y así mezclo las ideas de Shakira y de Lady Gaga, y me voy a poner alas negras, ¡qué pasada! Va a ser rompedor. La más moderna.” No cabe duda de que si hubiera lanzado este video en 1999 quizá hubiera resultado un poquito interesante, pero es que no se salva ni la horripilante y vulgar fotografía. Todo un despropósito que hace que nuestra diva (¿lo es?) de un paso atrás en su carrera. ¿Tan mal gusto tienen en Universal?